La vigencia de la filosofía

Autor
Lledó, Emilio
Editorial
Penguin Random House Grupo Editorial España
ISBN
9788417906757
Idioma
Español
Publicado
2022
Formato
application/epub+zip
Marca de agua digital
2,99€

Una defensa acérrima de la utilidad de la filosofía en nuestros días de la mano del gran pensador Emilio Lledó.

«[...] la filosofía se nos aparece como una ocupación de algunos hombres, tan real e importante como esas otras ocupaciones que han modificado, técnica o artísticamente, la faz del mundo y las relaciones humanas.»

¿Está la filosofía en crisis o sigue siendo una ocupación necesaria para entender y analizar el mundo? ¿Puede considerarse la filosofía un oficio? ¿Cómo debe dialogar la filosofía con la historia precedente o con la ciencia y la tecnología de nuestro siglo? Bajo estos interrogantes, el gran pensador Emilio Lledó atiende la urgencia de recuperar la filosofía como una materia indispensable para ejercer un pensamiento crítico yteje un texto que ensalza las virtudes inexcusables y atemporales del saber filosófico en la modernidad y la era del consumismo.

Galardonado con el Premio Nacional de las Letras Españolas 2014 y el Premio Princesa de Asturias 2015, Emilio Lledó ha colocado la filosofía en el centro de todas sus obras y la ha defendido como base de toda educación. El texto aquí presentado pertenece a su obra Sobre la educación (Taurus, 2018).

Sobre el autor:
«Si hubiera muchos intelectuales como Lledó el nuestro sería un país bien distinto.»
Elvira Lindo

«Pocos intelectuales se ciñen con tanta justeza al concepto de sabio. Desde la atalaya de sus 94 años, Lledó sigue mirando al futuro».
Guillermo Altares, El País

«Un diccionario de alertas con el destello de los grandes filósofos detrás para advertir de la gran herencia de la cultura como herramienta de civilización, de progreso, de justicia y de verdad.»
Antonio Lucas, El Mundo

«Un gran ensayista y divulgador de alto nivel, entre los temas que trata destacan la defensa de la lectura, la felicidad, el silencio, la belleza y la verdad.»
Winston Manrique, El País