Nieves Hidalgo nos regala una novela llena de intriga, venganza y una promesa de amor que vencerá a los siglos.
En el castillo de Killmarnock aguarda una terrible tragedia. Augustus, el señor del castillo, debe proteger una importante reliquia sagrada frente al enemigo, como sus antepasados han hecho a lo largo de la historia. Sin embargo, Killmarnock cae y Augustus no puede hacer más que esconder la reliquia en un lugar seguro. Cuando su hijo, Dargo, regresa a sus tierras, encuentra a su padre moribundo y le culpa de lo ocurrido, y con el alma rota, Augustus maldice a su hijo a vagar eternamente por los muros del castillo hasta que logre encontrar la reliquia y su alma consiga descansar en paz.
Han pasado cuatrocientos años y Cristina, una tasadora de arte, es contratada por el dueño del castillo de Killmarnock, una imponente joya medieval que se levanta en las suaves y verdes colinas de Irlanda, para tasar algunas de sus más preciadas posesiones. Sin pensárselo dos veces, emprende el viaje hacia tierras lejanas, escapando así de la rutina de su aburrida vida.
Cristina queda fascinada desde el primer momento por el castillo y por su gente. Ella es una mujer práctica e independiente que no cree en tonterías sobre fantasmas... y se ríe ante las leyendas absurdas que cuentan que en el castillo hay uno. Pero a medida que su estancia en Killmarnock se alarga, va descubriendo que la leyenda es real. Y más cuando se encuentra cara a cara con el fantasma de Dargo...
Los lectores han dicho...
«La pluma de la autora es amena y adictiva, que no podrás soltar el libro. Una historia muy bien hilada y con unos personajes muy construidos». @ratitaentrelibros (vía Instagram)