Iblis, Kathia
Kathia Iblis nació un 17 de mayo en San Miguel de Tucumán, provincia de Tucumán , Argentina. Empezó a leer a los cuatro años y de ahí a escribir fue solo un paso, que probablemente le debe agradecer a su profesora de primer grado que fue la primera persona en impulsarle a escribir historias más "completas" y no solo de cinco renglones. Su primera "publicación oficial" vino de la mano de su padre que hizo de redactor y publicista. Acababa de leer una historia de Ema Wolf que inspiro un cuento corto de terror. Él lo taquigrafió en su máquina de escribir y luego lo fotocopio y repartió entre la familia y amigos. Su segundo encuentro fue en la final de un concurso de haikus donde conoció a María Kodama, la viuda de Jorge Luis Borges. Jamás en su vida estuve tan emocionada por conocer a una persona. Y aunque no ganó, fue uno de esos momentos que no se olvidan. Siempre fue un alma romántica y cuando descubrió este género de novelas no tardó mucho en devorar cuanto libro cayera en sus manos, sin hacer discriminación de género o idioma. Durante muchos años luchó contra su verdadera vocación. Como toda adolescente se rebeló ante la presión de seguir la carrera de Literatura y Letras, lo que le llevo incursionar en otras áreas que abarcaron la psicología, el traductorado y finalmente, el profesorado de inglés. Pero tal como dice el dicho, uno siempre vuelve a su primer amor. Aunque jamás dejó de escribir, siempre le paralizo la idea de ir más allá y animarse a publicar. Falta de confianza en si misma y quizás, falta de apoyo de varias de las personas que le rodeaban, fueron como bloques en el camino que me detenían. Lo que le decidió fue un desafío de invierno que termino con un relato suyo dentro de una antología, y el apoyo de una gran amiga que le hicieron ver que tiene mucho para ofrecer y por sobre todas las cosas, que realmente puede hacer lo que le apasiona y elegir un camino distinto del que se esperaba de ella y que no por eso es el equivocado. Su mente y su netbook rebosan de personajes ansiosos de ver la luz. Siempre está con un proyecto entre manos y ya irán conociendo a sus otros alter egos, cada una de las cuales disfruta de escribir de un género en particular.