«Te será más fácil atrapar mi corazón que a mí».
Para Alana Rojas su vida ha sido una trayecto, una carretera de un único sentido en la que avanzaba sin que nada la detuviera o distrajera. No porque lo deseara, sino porque no sabe vivir de otra manera. Apenas consigue conectar con sus emociones o entregar sus sentimientos otras personas que no sean su familia. Solo sigue adelante, viendo su vida pasar como un eterno viaje.
Por eso, en las tradicionales fiesta de los siete días anteriores al comienzo del curso, en la que disfrutan de lugares como parques de atracciones, campo del golf... etc., goza de la compañía, juegos y juventud sin ninguna preocupación. Al menos es su pensamiento hasta que aparece ante ella el único obstáculo que es capaz de provocar que frene y quiera salir de esa fase.
Ella, una joven con metas fijas, ideas claras y vida perfecta, rodeada de lujos, verá que hay cosas que pueden estar fuera de su alcance. Por ejemplo, un chico con el corazón herido que llora por otra persona que no teme los juegos, sino que vive en ellos.
¿Será capaz Alana de aliviar el desamor de ese joven de barrio que solo ha conocido un amor egoísta y para nada sano o arriesgará por primera vez su corazón?