Nosotros hubiésemos superado a cualquier programa televisivo de supervivencia.
Mis padres buscaron una mejor vida para ellos y, cómo no, para nosotros, sus hijos. El resultado era una incógnita, pero los diferentes destinos y vivencias propiciaron el aprendizaje, las aventuras y los valores de la siguiente generación.
Los recuerdos son inevitables; te acompañan toda la vida y hacen que no olvides a quienes participaron en ellos. Mientras escribes, van fluyendo junto con las emociones. Mientras escribes los vuelves a vivir y, entonces, a veces lloras, otras ríes.