Salatino, Guillermo
Guillermo Salatino nació el 21 de septiembre de 1945 en Buenos Aires. Se graduó en la escuela del Círculo de Periodistas Deportivos en 1977 y debutó en televisión en 1976. Fue jugador del BALTC entre 1956 y 1984 en todas sus divisiones y campeón con la 1ª división -categoría en la que permaneció diez años- en tres oportunidades. Fue 8 de hándicap de golf durante veinte años. Ha trabajado en medios gráficos y audiovisuales como Goles, El Gráfico, Gente, Agencia DPA, La Prensa, Ámbito Financiero; radios Belgrano, Mitre, El Mundo, Continental, La Red. Trabajó durante 20 años con Víctor Hugo Morales. Ha sido editor de Tenis Tie Break, Tenis Match, Tenis Fem, Tenis Semanal y Golf Mundial. Lleva más de 1500 horas en televisión con “Tenis de Primera” (Canal 11), “Golf de Primera”, en compañía de Roberto de Vicenzo (Canal 13 y TyC Sports); desde 1997 está en Fox Sports, transmitiendo torneos de tenis y conduciendo su programa “Sin Anestesia”. Hizo la cobertura de 133 torneos de Grand Slam, más de 20 Masters, 21 torneos en Roma, 20 en Montecarlo, todos los Key Biscayne (menos 1). Es el 5º periodista en el mundo que cubrió mayor cantidad de torneos en la historia del tenis. Fue dirigente de la AAT entre 1974 y 1977; presidente de la Comisión de Campeonato, Copa Davis y Ranking; Fundador y Vicepresidente de la Comisión de prensa de la ITF y de la ITWA (Asociación de Periodistas de Tenis Internacional). Fue reconocido por los premios Konex y Martín Fierro en varias oportunidades. Fue ternado como Periodista del año por la WTA; recibió el premio a la trayectoria por el COA y premio de literatura por “A Juego Limpio”, otorgado por el COI. Fue distinguido por la editorial Perfil por la mejor nota deportiva escrita el año 2006 en Chile. Y por el AELTC (Wimbledon) por haber alcanzado el récord de cubrir el torneo por 38 años consecutivos en 2014. Participó con un capítulo en el libro “Jugados” (Víctor Hugo Morales, Eudeba, 1999), y es autor “El Séptimo Game” (Del Nuevo Extremo, 2006) y de “Racing, esa pasión inexplicable” (Galerna, 2008).