Logró poner paz en la dura batalla entre padre e hijo.
Isabel, reina de Portugal, fue nombrada por la Iglesia abogada de la paz, porque su amor logró dicha paz entre su marido Dionís Iy su hijo, el futuro Alfonso IV, el Bravo. Entre Portugal y Castilla-León, con la firma del Tratado de Alcañices por Dionís y D.ª M.ª de Molina. Y, posteriormente, entre su hijo Alfonso IV y su nieto Alfonso XI.