«Las personas somos inconformistas por naturaleza.
Yo, la primera».
Cuando la vida te da una segunda oportunidad, ¿por qué no arriesgarse?
Un amor del pasado y una nueva oportunidad.
Érase una vez nuestra protagonista, Roma, que con diecinueve años cometió el tremendo cliché de enamorarse perdidamente de él, el Sueco, el chico venido de lejos, siempre rodeado de un club de fans atento a sus historias y anécdotas.
Roma decidió que ella sería el destino donde él elegiría quedarse... pero por desgracia, él no había siquiera reparado en ella.
Años después, nuestra chica es una mujer adulta, fuerte, que encadena trabajos para sobrevivir y lo tiene todo completamente superado. O eso dice.
Cuando el destino le pone al Sueco otra vez delante, Roma se plantea que quizá sea momento de sacarse la espinita. Quiere conocer de primera mano eso tan fantástico que se perdió a los diecinueve, y después... ser ella la que pueda decir eso de «y si te he visto, no me acuerdo».
¿El problema? El Sueco ha vuelto. Más guapo e irresistible que nunca. Y también más maduro. Ya no es el chiquillo de antaño. Su vida no ha sido un camino de rosas y, para sorpresa de Roma, parece dispuesto a dar un salto de fe... y entregarse de verdad.
Si es que ella puede aceptar volverse a arriesgar.
Dicen que todos los caminos, sobre todo los del amor, llevan a Roma. Pero aquí la pregunta es, ¿cuál escogerá ella?