Ese estremecimiento de sentirnos un poco marionetas de lo incongruente, porque hay quien decide por nosotros.
«Cuántas veces hemos tenido la sensación de notar que nuestras inquietudes ideológicas, tal vez, estuvieran un tanto hurgadas, por eso que nos gusta definir como los poderes fácticos. Ese estremecimiento de sentirnos un poco marionetas de lo incongruente, porque hay quien decide por nosotros, es lo que he pretendido reflejar en esta novela, laureando la historia del separatismo catalán, a través de una ficción, creando un cómputo de posibilidades que perfectamente pueden ser reales.»
Rosendo Muñiz Soler