Vizcaino Restrepo y Yago Tamames Devis, Catalina
Tampoco fue fácil para Yago y su abuela adentrarse en la mente de Olimpia después de que abandonara su planeta para esparcirse por el universo, para plasmar sus sentimientos, amores, pasiones y sufrimientos en sus relatos. Por respeto y como homenaje a la misma tuvieron que extraerlos de sus aceleradas notas y apuntes hasta encontrar el fuego que ella quería expresar, pero el poco tiempo del que disponía se lo impedía. Debió hacerles mucha falta la presencia de la amiga para ayudarles a descifrar la intensidad de sus frenesís amorosos que consignaba con demasiada premura. No obstante, abuela y nieto quisieron rendir como último tributo a la dulce y siempre cercana compañera, el adentrarse en sus sentimientos ya inertes para transcribir sus ardientes y entusiastas encuentros con el bello y vehemente hombre que tanto la amó y por el que ella sintió el infinito e inagotable placer de ser amada.