Chardis, Ivette
Ivette Chardis descubrió desde muy pequeña que aparte de leer, lo que más le gustaba era escribir. La llenaba de paz y la envolvía de una esperanza alentadora. Enseguida advirtió que el pasado la intrigaba, era esa parte oscura que se escondía a los ojos de los demás lo que más le atraía, y por eso decidió estudiar historia. Nunca dejó de escribir, se presentó a algún concurso que otro de relatos y llegó a ser mención de honor. Escribió artículos para blogs y portales de Internet, colaboró en radio y en televisión, hasta dio clases de escritura creativa. Pero otra trama más importante la mantuvo ocupada, su propia vida. El amor la alcanzó muy joven, enseguida adivinó que estaba ante su príncipe y no dejó pasar su oportunidad. Las circunstancias, la familia, la alejaron cada vez más de su pasión: contar historias. Hasta que un día su hija le preguntó: «¿Mamá por qué no escribes una novela?». Y se dio cuenta de que había llegado el momento.